Que no se note!

El Judaísmo ortodoxo, considera al sexo entre dos hombres como toevá ( pecado). Aunque tradicionalmente ha condenado la homosexualidad, el nivel de objeción respecto al sexo entre dos mujeres fue siempre menor que la condena al acto sexual entre dos hombres.
Los que atacan la homosexualidad condenan un acto sexual específico, no la inclinación u orientación homosexual en sí. El estar atraído sexualmente a personas del mismo sexo no viola la ley judía en ninguna instancia.
La alajá (ley judía), solo trata conductas y comportamientos, no intenta controlar sentimientos ni la atracción sexual de una persona. Uno puede ser homosexual y cumplir con todos los mandamientos, no existe contradicción en ser homosexual y ortodoxo.
La Torá (documento más importante de la religión judía) no menciona nada sobre la orientación homosexual, lo único a lo que la Torá se refiere es sobre ciertas conductas homosexuales: “No te echarás con varón como con mujer, es una abominación “.
Jazal (los Rabinos) pronuncian la palabra mishkevei (recostarse) como “penetración”, es decir que la ley específicamente prohíbe el sexo anal.
La Torá no tiene referencias específicas sobre la conducta homosexual entre mujeres, pero la alajá dice que las mujeres deberían evitar el comportamiento sexual entre ellas. Sin embargo no se califica la relación sexual lesbiana como toevá.
En Argentina hay dos asociaciones judías gays. Una de ellas fue fundada en el año 2004 con las siglas JAG (Judíos Gays de Argentina), que a la vez significa “fiesta” en hebreo.
“JAG surgió porque las instituciones judías no nos dan marco y espacios a los homosexuales”, explica el presidente de esta agrupación, Diego Guinecin.
La asociación surgió a partir de reuniones entre amigos homosexuales de la comunidad judía. En un comienzo eran quince. En la actualidad son aproximadamente trescientas personas entre 25 y 30 años que se juntan cada quince días y realizan todo tipo de actividad, no solo religiosas.
La institución cuenta con un Departamento de Cultura, un Departamento de Mujeres y un Departamento de Actividades. Durante las reuniones se distribuye material informativo y preventivo en la lucha contra las enfermedades de transmisión sexual, y embarazos no deseados.
“Hay muchas personas homosexuales que tienen creencias religiosas muy fuertes, y que por vergüenza no lo aceptan en su comunidad”, asegura un integrante del JAG, Alejando Sedler.
JAG no adhiere a ninguna de las tendencias del judaísmo (ortodoxa, conservadora y reformista), aunque Guinecin reconoce que la corriente reformista da mayor libertad de interpretación y que algunos rabinos se acercaron para dar charlas.
La otra agrupación es Keshet, que significa arco iris, y tiene características similares a las de JAG. Se creó en julio del año pasado, de la mano del arquitecto Germán Vaisman. "Vivir el judaísmo plenamente, sin esconderse ni tener miedo a ser excluido de su comunidad", es uno de los principios de esta agrupación.
Vaisman conformó la agrupación con el objetivo de que la diversidad sexual se debata dentro de las escuelas y de la comunidad.
Los ortodoxos no están de acuerdo con expulsar a los homosexuales de las comunidades, pero sí desalientan a que ellos lleven a la práctica sus deseos sexuales
Para el Rabino Aharón Stawsk, “ hay que respetar sobre todas las cosas lo que dice la alajá, porque el modelo de paradigma de la familia heterosexual se tiene que mantener“ .
En las comunidades ortodoxas de Buenos Aires poco se habla del tema y cuando se trata se insiste siempre sobre los mismo Levíticos ( artículos de la alajá). Muchos jóvenes aparentemente reprimen su elección
La regla del judaísmo es el silencio: todos saben que hay gays y lesbianas judíos pero es mejor que no se note, es como si no existieran.