MALENA
Miraba hacia arriba intentando descifrar el futuro incierto, o el destino marcado.Noche a noche sucedía lo mismo: dar vueltas intentando encontrar en alguna parte de su memoria la razón, el porqué.Cada argumento lo confundía…tantas versiones distintas. ¿Podía aceptarlo de tal forma? ¿Podría reconocer que era el momento de elegir?
Noches y noches pasaban sin que pudiera olvidar, perdonar o aceptar.Se refugiaba en la rutina, pero cuando todo acababa, cuando llegaba el final de las acciones, su cuerpo no podía dormitar.Vivió en un mundo de fantasía, donde todo era casi perfecto. Un niño mimado, hijo único, centro de atención.El no podía perdonar que fuera ella quien le enseño a dudar.
¿Cómo sería ahora?… ¿Por dónde empezar?
Su cumpleaños número 29 fue el primer y último, su cierre de capítulo. Comenzará a descubrir que las miradas lo evitaban para no responder.
¿Por qué ella no podía aceptar que él no quería aceptar?
Si no fuera tanto el amor, si no fueran tantos los años, sus preguntas se desvanecerían.Sí, fue ella, Malena.
Todo fue por una simple pregunta cuando la “nueva noviecita” quiera caer bien a sus suegros.
¿Malena, por qué tuviste que preguntar, por qué tuviste que ser vos la que me cambié mi futuro, la que me borre mi destino?
Te tengo que dejar atrás por el gran rencor que me provoca el que me hayas hecho ver que no soy quien soy. ¿Dónde soy? ¿Cuándo fui?Te alejo de mí, no porque mi deseo lo grite, sino porque el tenerte, el que sepas, el que no olvides demostraría cuan cobarde soy, que tan poco valor tengo para poder encontrar lo real.
Yo veía sus ojos y veía los míos, en la sonrisa de mi madre encontraba todos nuestros recuerdos. ¿Recuerdos en vano? ¿Recuerdos inventados?
Desde que era pibe, veía algo raro cada cumpleaños, no se el porqué, pero en el momento en que me sentaban frente a mis velitas (sean dos, ocho o veinte), una angustia profunda pasaba por mí y no podía soplar. ¿Será que tenía miedo que con ese soplido aparezca la verdad?
Yo veía sus gestos, y veía los míos. Los gustos, las ambiciones, las formas.
Ya de grande, note algo raro cuando mi primera novia me escribió un poema, donde además del amor hablaba de la identidad. Esa tradicional angustia me empezó a ahogar. Esa palabra, identidad, me volvía loco, no la pude entender nunca. Si yo era idéntico a ellos. ¿Será eso la identidad?
Mis años comunes pasaban…llegaban y se iban, se disfrutaban, se sufrían…pero siempre mi ser estaba allí.
¿Malena, dónde dejaste mi sombra, dónde escondiste mi alma?
Ya de adulto, y con proyectos, llegó el momento más hermoso de mi vida cuando en un cuarto oscuro su sonrisa me dio el sí, permitiéndome ver mis futuros pequeños deseos conclusos.
Me equivoqué, mis anhelos quedaron inconclusos por una simple pregunta.Y a partir de esa pregunta sin respuestas, Malena me enseño a dudar... sin querer yo buscar la certeza. Buscándola ella. Y ayer, fue cuando todo terminó, cuando mi historia se fugó, cuando mi alma se congeló.
Nunca pude entender por qué nunca vi que no eran lo que decían ser.
Mis viejos murieron a poco de nacer yo, cuando reprimidos por sus miedos fueron atrapados por “lo correcto”. Y como yo era un error para esos galanes de verde me empaquetaron con un gran moño y me llevaron a las manos de un “padre correcto”.
Mis padres se equivocaron… ¿Cuál de los dos?
¿Por qué Malena? ¿Por que me borraste mi mundo de fantasía?
(FIN)
C.C.
Miraba hacia arriba intentando descifrar el futuro incierto, o el destino marcado.Noche a noche sucedía lo mismo: dar vueltas intentando encontrar en alguna parte de su memoria la razón, el porqué.Cada argumento lo confundía…tantas versiones distintas. ¿Podía aceptarlo de tal forma? ¿Podría reconocer que era el momento de elegir?
Noches y noches pasaban sin que pudiera olvidar, perdonar o aceptar.Se refugiaba en la rutina, pero cuando todo acababa, cuando llegaba el final de las acciones, su cuerpo no podía dormitar.Vivió en un mundo de fantasía, donde todo era casi perfecto. Un niño mimado, hijo único, centro de atención.El no podía perdonar que fuera ella quien le enseño a dudar.
¿Cómo sería ahora?… ¿Por dónde empezar?
Su cumpleaños número 29 fue el primer y último, su cierre de capítulo. Comenzará a descubrir que las miradas lo evitaban para no responder.
¿Por qué ella no podía aceptar que él no quería aceptar?
Si no fuera tanto el amor, si no fueran tantos los años, sus preguntas se desvanecerían.Sí, fue ella, Malena.
Todo fue por una simple pregunta cuando la “nueva noviecita” quiera caer bien a sus suegros.
¿Malena, por qué tuviste que preguntar, por qué tuviste que ser vos la que me cambié mi futuro, la que me borre mi destino?
Te tengo que dejar atrás por el gran rencor que me provoca el que me hayas hecho ver que no soy quien soy. ¿Dónde soy? ¿Cuándo fui?Te alejo de mí, no porque mi deseo lo grite, sino porque el tenerte, el que sepas, el que no olvides demostraría cuan cobarde soy, que tan poco valor tengo para poder encontrar lo real.
Yo veía sus ojos y veía los míos, en la sonrisa de mi madre encontraba todos nuestros recuerdos. ¿Recuerdos en vano? ¿Recuerdos inventados?
Desde que era pibe, veía algo raro cada cumpleaños, no se el porqué, pero en el momento en que me sentaban frente a mis velitas (sean dos, ocho o veinte), una angustia profunda pasaba por mí y no podía soplar. ¿Será que tenía miedo que con ese soplido aparezca la verdad?
Yo veía sus gestos, y veía los míos. Los gustos, las ambiciones, las formas.
Ya de grande, note algo raro cuando mi primera novia me escribió un poema, donde además del amor hablaba de la identidad. Esa tradicional angustia me empezó a ahogar. Esa palabra, identidad, me volvía loco, no la pude entender nunca. Si yo era idéntico a ellos. ¿Será eso la identidad?
Mis años comunes pasaban…llegaban y se iban, se disfrutaban, se sufrían…pero siempre mi ser estaba allí.
¿Malena, dónde dejaste mi sombra, dónde escondiste mi alma?
Ya de adulto, y con proyectos, llegó el momento más hermoso de mi vida cuando en un cuarto oscuro su sonrisa me dio el sí, permitiéndome ver mis futuros pequeños deseos conclusos.
Me equivoqué, mis anhelos quedaron inconclusos por una simple pregunta.Y a partir de esa pregunta sin respuestas, Malena me enseño a dudar... sin querer yo buscar la certeza. Buscándola ella. Y ayer, fue cuando todo terminó, cuando mi historia se fugó, cuando mi alma se congeló.
Nunca pude entender por qué nunca vi que no eran lo que decían ser.
Mis viejos murieron a poco de nacer yo, cuando reprimidos por sus miedos fueron atrapados por “lo correcto”. Y como yo era un error para esos galanes de verde me empaquetaron con un gran moño y me llevaron a las manos de un “padre correcto”.
Mis padres se equivocaron… ¿Cuál de los dos?
¿Por qué Malena? ¿Por que me borraste mi mundo de fantasía?
(FIN)
C.C.
0 comentarios:
Publicar un comentario