Sr. “Conchita Barreda”:
A través de esta carta le hago llegar mi cálida bienvenida. Es común que hoy se sienta raro, que no pueda entender y le cause un poco de gracia que usted y yo podamos estar cómodos en “nuestras casas” cumpliendo esa condena por la cual los dos sabemos que somos responsables, pero nunca vamos a admitir.
Me siento identificado con usted, aunque no quiero descalificarlo, pero si hablamos de un verdadero asesino, disculpe el atrevimiento, pero ese soy yo. Usted carga sólo 4 muertes en su haber, pero yo no, yo soy un reconocido genocida que no sólo me conformé con la muerte y desaparición, sino que también disfrutaba el apropiarme de los chiquitos.
Todos me consideran “un loquito de la guerra”, un represor, asesino, un hijo de …, pero yo me pregunto: si están todos en mi contra, ¿qué hago yo disfrutando de mi sillón, mi heladera y mi televisor?. Eso es confidencial Sr. Conchita, no haga que nadie se de cuenta que se equivocaron, y que nos hacemos los incapacitados por nuestra edad, pero es una simple y mera excusa para poder evitar la fría y oscura cárcel.
Ahora sí, después de este cálido recibimiento, lo invito a encontrarnos en algún bar o plaza del barrio para poder sentarnos y compartir una simpática charla acerca de nuestro placer por la muerte y la injusticia.
Acuérdese Barreda, la prisión domiciliaria es sólo una carátula a nuestra libertad encubierta por la misma ley.
Una vez más, bienvenido al barrio de Belgrano.
Atte.
J.R Videla

lunes, 26 de mayo de 2008
¡Vecinos y algo más! (Carta de Videla a Conchita)
(Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia ¿?)
C.C.
Publicado por Ceci Castillo en 10:46
Etiquetas: Un poco de "humor"
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